Al girar nuevamente las manecillas del reloj mágico, Milo es transportado a una época fascinante: un reino medieval lleno de estandartes, armaduras y sonidos de trompetas. Aparece justo en medio de un gran torneo donde caballeros de todas partes compiten en pruebas de valor frente a un majestuoso castillo. Fascinado por todo lo que lo rodea, Milo se adentra en esta nueva aventura con los ojos brillando de emoción.

Es allí donde conoce a Sir Nut, una valerosa ardilla caballero que cuida los campos del reino. Sir Nut le cuenta que tiene un problema urgente: un cuervo astuto y glotón se roba los granos de su cosecha cada día, arruinando el trabajo de toda la temporada.

Milo decide ayudar con una solución muy especial. Durante el torneo, idea un plan inteligente: aprovecha la celebración para atraer al cuervo con una montaña de semillas deliciosas, tantas que el ave no puede resistirse. El cuervo come tanto que no logra alzar el vuelo, y Milo lo atrapa sin hacerle daño.

En vez de castigarlo, Milo le da una lección de respeto y honestidad. Le hace prometer que nunca más tomará lo que no le pertenece. El cuervo, agradecido y algo avergonzado, acepta con sinceridad, y Milo lo deja en libertad. El ave se aleja volando con alegría y una nueva actitud.

Así, Milo aprende que no siempre hace falta luchar para vencer: a veces, la astucia, la empatía y la palabra valen más que una espada.
¿A dónde lo llevará ahora el reloj mágico?